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Andrés García: ¿Cuál es su última voluntad? Esto le pidió a su esposa

El semblante de Andrés García lució desmejorado desde su última aparición en el Internet. Sus fans están en alerta por las últimas declaraciones que dio.
Andrés García se sinceró con sus fans respecto a su situación de salud.
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Andrés García mantiene en vilo a todos sus fans por el crítico estado de salud con el que reapareció en sus redes sociales. El mismo actor aseguró en su última publicación que siente que ya está en sus “últimos días de vida”, por lo que ya dejó bien establecida su última voluntad.

Su esposa Margarita Portillo es quien se mantiene al pendiente de sus cuidados y fue justo con ella con quien se sinceró: dijo que “si se tiene que morir uno, se muere y ya”, por lo que no le preocupaba qué sucediera después.

Al menos así lo demostró en ese momento, cuando reveló que su deseo era que lo cremaran en una lancha en el mar:

"Si me llevan a cremar, después conseguimos una lanchita y la incendiamos ahí conmigo", pidió García en tono de broma frente a Margarita.

La última voluntad de Andrés García que tiene que ver con su padre

Si bien en ese el actor bromeó con lo que le gustaría que se hiciera con sus restos, la realidad es que un año atrás ya había hablado en el programa Hoy sobre cuál era su último deseo.

El originario de República Dominicana dijo que quería que lo cremaran inmediatamente y que sus cenizas fueran enterradas en su casa de playa, en Acapulco. Y, enfatizó en que quiere descansar junto a las cenizas de su padre Andrés García Calle.

¿Cuál es el estado de salud de Andrés García?

En días pasados el histrión subió un nuevo video para YouTube en el que confesó sentirse bastante mal. Tan solo en el mes de septiembre ha sido ingresado numerosas veces al hospital.

Desde su sentir, dijo que ya está en sus “últimos días” de vida, pues padece cirrosis hepática desde hace algunos meses y además ha sufrido diferentes caídas que lo dejaron muy débil.

Y en una de sus últimas apariciones en redes sociales, él mismo dijo que no estaba “acostumbrado a vivir así”, por lo que prefería ya no recuperarse.