Chavo del 8: ¿Por qué doña Florinda tenía tanto dinero sin trabajar?

Si había una persona que vivía "cómodamente" en la vecindad de "El Chavo del 8", sin duda era doña Florinda, ya que podía permitirse complacer en cualquier capricho a su hijo Kiko y nunca sufrió para pagar la renta, cosa que don Ramón jamás pudo hacer.

Debido a lo anterior, muchos fanáticos de la serie creada por Roberto Gómez Bolaños, "Chespirito", se han preguntado de dónde sacaba tanto dinero si no trabajaba.

Aunque hay que recordar que en una ocasión intentó vender churros con don Ramón y también puso un restaurante en un local que le rentaba el señor Barriga.

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¿De qué vivía doña Florinda?

La madre de Federico Bardón de la Regueira, nombre real deQuico, estaba casada con un marino experimentado, quien murió durante una travesía, cuando el pequeño "cachetón" era un bebé.

La única vez que el hombre, también de nombre Federico, apareció en "El Chavo del 8", fue precisamente la última ocasión que doña Florinda lo vio.

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En dicho episodio, Federico se preparaba para irse de viaje, por lo que el personaje interpretado por Florinda Meza le pidió que se cuidara mucho, pues presentía que algo malo podía pasarle.

"Ten mucho cuidado, Federico. No sé por qué, pero tengo el presentimiento de que algo malo puede ocurrir en esta travesía", le dijo, a lo que el hombre le respondió seguro de sí mismo: "Soy un marino con experiencia".

Sin embargo, doña Florinda le advirtió: "Una tormenta en altamar siempre es peligrosa, sobre todo si el barco no está en buenas condiciones y el barco (en el que viajarás) no es una cosa así que digas, ¡qué bruto, qué bien está! Un barco viejo no soporta mucho, ni mucho menos una tormenta".

El mal presentimiento de la mamá de Quico se volvió realidad y su esposo murió en dicha travesía, luego de que su barco se hundió. Aunque el "niño cachetón" aseguraba que su padre había sido devorado por un tiburón, por eso cada vez que hablaba de él decía: "En pez descanse".

Se dice que, tras la muerte de su esposo, la mujer comenzó a recibir una cuantiosa pensión, debido a que Federico era un marino de alto rango, por ello no tenía necesidad de trabajar.

Después del trágico final de su marido, doña Florinda quiso darse otra oportunidad con el profesor Jirafales, quien solía visitarla en la vecindad de "El Chavo del 8" para tomar una tacita de café y fue en una de esas visitas que ella le contó la historia de Federico.