“Nosotros los pobres”, fue la película del Cine de Oro que catapultó a la fama a la actriz en 1948, junto al ídolo del pueblo Pedro Infante, en donde recibió el apodo de “La Chorreada” Aunque siempre se rumoró de una relación más allá de la amistad, en alguna ocasión el ídolo de Guamúchil confesó que fue su amor platónico.
La originaria de Minatitlán, Veracruz también gozaba de dotes de cantante profesional, de acuerdo con las historias del Cine Mexicano, se enroló en una caravana musical junto al grupo “Los Romanceros”, del cual también formaba parte Marco Antonio Campos, mejor conocido como “Viruta”.
En una ocasión tuvieron que viajar a Oaxaca para participar en un famoso festival regional. La actriz de envidiable belleza mestiza iba acompañada de su padre Francisco Pavón, y todos los de la agrupación, además del cómico, debían volver en tandas separadas.
Muerte de Blanca Estela Pavón, actriz del Cine de Oro
Según lo acordado, “Viruta” tomaría el primer vuelo, mientras que Blanca Estela y su padre tomarían el segundo, pero el destino hizo que las cosas fueran diferentes. La actriz del cine de oro recibió una llamada en la cual se le solicitaba su regreso lo más pronto posible a fin de cumplir con un compromiso laboral de último momento.
Su padre y Blanca hicieron hasta lo imposible por tomar el primer vuelo e intercambiar sus boletos con otros pasajeros, pero nadie accedía. Al notar su desesperación, “Viruta” se ofreció a ceder su lugar y el de su acompañante a fin de ver a su amiga actriz y a su padre más tranquilos, sin imaginar lo que sucedería después.
Era un lunes 26 de septiembre de 1949, a las 12:40 horas, cuando Blanca Estela Pavón y su padre Francisco tomaron el avión que los traería de vuelta a la ciudad desde el aeropuerto de Oaxaca a bordo de un avión que contaba con 5 años de uso.
El avionazo de Blanca Estela Pavón
El avión en el que iba a bordo la actriz de la época dorada se encontraba sobrevolando el Popocatépetl cuando el piloto alertó a la torre de control por problemas de visibilidad y turbulencias graves; de acuerdo con la grabación, lo último que dijo fue: “volamos a 1300 pies”, seguido de un inesperado silencio.
Según los testigos de la época y habitantes de Huejotzingo, San Martín Texmelucan y San Felipe Teotlalcingo vieron un avión precipitándose, para comprobar después que el avión en verdad se había caído.
Pobladores ayudaros a rescatar los cuerpos, los cadáveres de Blanca Estela Pavón y su padre estaban juntos, y un hombre los envolvió en un petate para acercarlos a otra localidad de Puebla a fin de que fueran llevados a la ANDA en la Ciudad de México.
Su entrañable amigo y compañero de escena, Pedro Infante, conmovido y con lágrimas en el rostro, exclamó: “se nos fue la Chorreada”.
