Las conejas, conocidas por su adorable apariencia, esconden un comportamiento poco conocido que puede sorprender a muchos: entierran vivas a sus crías recién nacidas.
Esta práctica puede parecer cruel a simple vista, en realidad tiene una explicación lógica y responde a un fuerte instinto de supervivencia.
Adentrémonos en el mundo de los conejos y descubramos las razones detrás de este fascinante comportamiento animal.
Al nacer, los gazapos son completamente indefensos. Nacen ciegos, sordos y sin pelo, lo que los convierte en una presa fácil para depredadores como zorros, búhos o serpientes.
Los conejos machos pueden matar a las crías recién nacidas que no son suyas para aparearse con la madre y eliminar la competencia futura.
La madre se asegura de dejar un pequeño orificio abierto en la madriguera para que los gazapos puedan respirar.
Enterrar a las crías recién nacidas las protege de los depredadores y les da tiempo para desarrollar sus sentidos y fortalecerse.
La coneja solo regresa a la conejera dos veces al día para amamantar a sus gazapos y verificar su seguridad.
Si bien puede parecer una práctica cruel, enterrar vivos a sus gazapos es un acto de amor y protección por parte de las conejas. Es un comportamiento instintivo que les permite a estas criaturas aumentar las posibilidades de supervivencia de sus crías en un mundo lleno de peligros.
Licenciada en Comunicación Social egresada de la Universidad Juan Agustín Maza. Me desempeñé durante siete años como Coordinadora de Desarrollo Social en la Municipalidad de Las Heras, Mendoza, Argentina. Diplomada en Marketing Digital por la Universidad de Cuyo. Me apasionan los deportes, especialmente el fútbol y el futsal.