Las casa de apuestas y casinos saben esto y entienden como llegar a sus potenciales “clientes”, la mayoría jóvenes que comienzan a vivir esto como un desafío, un juego adrenalínico, algo que además les puede dar dinero con solo estar pendiente del teléfono celular (¿y qué adolescente no lleva el teléfono hasta al baño?)
Hoy, 17 de febrero en el Día Internacional del Juego Responsables, vamos a tratar el justamente este tema: las apuestas en los jóvenes, y para entender un poco esto vamos a tocar algunos números. En 2020 los juegos de azar on line recaudaron 65 millones de dólares y la estimación es que en 2027 se llegue a 130 mil millones de dólares, de acuerdo a un informe de Global Online Gambling Market.
Solo pensando en los datos duros podemos decir que las apuestas on line se acrecientan y son los más jóvenes quienes consumen esta tecnología y los que justamente pueden llegar a tener un consumo problemático y adictivo de las apuestas a través de la red de internet.
El consumo problemático se da cuando la práctica afecta en forma ocasional o crónica en alguna o varias áreas de la persona.
Puede ser que afecte la salud mental o física, sus relaciones interpersonales, sus estudios o trabajo.
El centro está puesto en la persona, en este caso los jóvenes y su relación con el consumo de las apuestas on line.
La adicción es una enfermedad neurológica que se caracteriza por una búsqueda patológica de la recompensa o alivio a través del uso de una sustancia u otras acciones como serían los jóvenes con las apuestas on line.
Ante esta nueva problemática juvenil el psicólogo Matías Cornes explica: “hace unos años la escena era otra, uno se debía trasladar a la casa de apuestas, casino o bingo, ser mayor de edad, atravesar cierta seguridad y todo eso implicaba un trabajo. Ahora (las apuestas) están al alcance de la mano y no tienen regulación.”
En ese sentido el profesional resaltó la importancia de las campañas de concientización entre los jóvenes y el trabajo preventivo, “para los que ya están adentro y para los que aun no ingresan”, además el especialista aconsejó estar atento a las alarmas como el que se vinculen menos, “comiencen a tener dificultades para socializar y se mantengan pegados a su teléfono celular, afectando distintas áreas de sus vidas”.
