Secretos ocultos del estadio Azteca: Las 3 leyendas que permanecen inexplicables

El Coloso de Santa Úrsula, como se conoce al Estadio Azteca es uno de los estadios más icónicos del mundo. Ubicado en Calzada de Tlalpan, al sur de la Ciudad de México, y que tiene la capacidad de albergar más de 80 mil aficionados.

Este imponente escenario fue diseñado con la finalidad de ser parte del Mundial de 1970, cosa que se logró, al punto que la FIFA nombró a México como sede al ver la maqueta del Coloso.

Su construcción comenzó en 1962 para finalizar en 1966, y ahí comenzó una historia llena de misterios e historias que no tienen explicación.

Las 3 leyendas inexplicables que alberga el Estadio Azteca

• Cuenta una de las leyendas, que las personas que trabajaban en el Estadio han avistado a un pequeño niño que se aparece en la zona de vestidores.
• El niño corre hasta el centro del campo y luego pasea por algunos de los túneles.
• De noche, los trabajadores aseguran que no quieren ir a visitar la parte baja y menos por el acceso de jugadores, pues es ahí aseguran que se escuchan lamentos, sobre todo entrada la madrugada.

• En una oportunidad Univisión realizó un reportaje y captó una imagen donde se ve la sombra del niño, por lo que la leyenda se incrementó.
• A raíz de esto, jugadores y entrenadores suelen llevar agua bendita entre sus cosas, además de que hay una imagen de la Virgen de Guadalupe, cerca de los vestidores, lo cual les da cierta tranquilidad.
• Otra de las leyendas que surgen del Coloso de las emociones es que se cuenta que durante su construcción muchos de los albañiles que trabajaban ahí, murieron y sus almas se quedaron en el lugar.
• Aunque esta historia jamás fue confirmada, ya que los registros de la época no hay noticias que indiquen algún deceso.
• Las personas aseguran que esto es real por lo que se ha convertido en un mito popular.
• La tercera leyenda inexplicable que nace del Estadio Azteca comienza en el 2001, cuando el América premió al aficionado más fiel del equipo, Ignacio Villanueva, conocido como Nachito.

• Nachito tenía una colección de boletos de todos los partidos de las Águilas en los últimos 10 años, y su lealtad fue inmortalizada a través de una estatua que se colocó en una de las gradas del Azteca, donde se veía a Nachito sentado, gritando un gol.
• Los que conocieron la escultura aseguran que ha ido cambiando con el tiempo, que se le mueven los ojos, que los brazos cambian de posición, incluso los trabajadores juran que aparece en diferentes lugares.
• La realidad es que impresiona cuando se la mira con detenimiento pues parecía tener vida.

Un sinfín de historias rondan al Estadio más emblemático de México, estas son solo algunas que nos parecieron interesantes y que aún no hayamos explicación.