Reina Isabel II: ¿una de sus tiaras tiene una maldición?
La tiara de las hojas de fresa es una joya que lleva más de 150 años en la familia de la monarca y cada mujer que la ha usado ha experimentado terribles acontecimientos.08 de septiembre, 2022 | 09:38 a.m.La Reina Isabel II ha causado preocupaciones últimamente debido a su estado de salud; hoy no es la excepción, pues los medios internacionales reportaron que ella está bajo supervisión médica en su residencia de Bamoral.
Después de 70 años de que ascendió al trono se plantean ideas como: ¿qué hubiera pasado si ella no fuera reina? Bueno, pues de haber usado en su boda la tiara de las hojas de fresa, o también conocida como la 'tiara maldita', probablemente hubiera protagonizado una desgracia.
La historia de esta joya comenzó en 1861, cuando el príncipe Alberto, marido de la Reina Victoria, encargó fabricar una diadema que él mismo diseñó. El motivo de este encargo no era otro que obsequiar a su segunda hija, la princesa Alicia, por su boda con Luis IV, gran duque de Hesse y el Rin.
Por desgracia, el príncipe no pudo hacerle entrega de la joya porque murió pocos meses antes tras haber contraído el tifus y fue la propia reina Victoria quien le dio el obsequio a su descendiente.
¿La tiara que está en manos de la Reina Isabel II es una joya maldita?
La princesa Alicia marchó con su marido hacia Darmstadt dispuesta a comenzar una nueva vida y formar su propia familia. Así lo hizo, aunque su vida ideal terminó antes de lo que nadie pudiera imaginar, puesto que falleció prematuramente de difteria con apenas 35 años, después de haber perdido a su hija menor por la misma enfermedad.
La tiara fue heredada a la primera esposa de Ernest, único hijo que vivió entre la unión de Alicia y Luis de Hesse. Él casó con Victoria Melita de Sajonia. Tuvo un matrimonio infeliz que terminó en divorcio. Su única hija murió de tifoidea y su único hijo nació sin vida.
Entonces, la segunda esposa de Ernest heredó nuevamente la joya. Era la princesa Eleonor. Durante esos años la dinastía fue abolida y así fue como la joya le fue dada a su nuera, la princesa Cecile de Grecia y Dinamarca, la hermana del conocido Felipe de Edimburgo.
La princesa la lució en la coronación del rey Jorge VI. Poco después murieron todos en un accidente aéreo. La hija de la princesa Cecile, Johanna, heredó la llamada tiara maldita, ya que no estaba en el avión por ser bebé. Pero a los dos años murió de meningitis.
La tía de la pequeña Johanna la había adoptado cuando sus padres murieron y por ello heredó la tiara. Se llamaba Margaret Campbell. Nunca la usó y tal vez por eso vivió hasta los 82 años y tuvo una muerte serena, sin enfermedades, que transcurrió en medio de un sueño profundo por la noche.
Quién sabe si la reina Isabel ll hubiera sufrido alguna tragedia por usar "la tiara maldita", pero afortunadamente en el día de su boda optó por utilizar la tiara finge, joya que también ha estado en su familia por generaciones.