¿Cómo nació la frase 'ir de compras'?

Cada que se acerca alguna fecha escuchas una curiosa frase en el hogar, en el trabajo o en la calle, una actividad que a todos les encanta y más, cuando se trata de adquirir objetos personales: ‘ir de compras’.

¿Dónde nació la expresión ‘ir de compras’?

La expresión ‘ir de compras’ tiene un origen mucho más antaño de lo que piensas, es de uso común ahora, pero antes, se utilizaba sólo para las clases acomodadas, ya que eran los que tenían el poder adquisitivo.

El año pasado, se reabrió en París el centro comercial de La Samaritaine el cual fue abierto originalmente en 1860, uno de los grandes almacenes y desde mediados del siglo XIX, era uno de los sitios preferidos para las mujeres.

Así, mujeres de todas las edades podían encontrar productos, además de poder caminar y comprar de forma independiente.

El mayor objetivo de este centro comercial era el de vender a las mujeres, pero el target eran las más adineradas y acaudaladas.

Pixabay | El ir de compras es una actividad cotidiana cada fin de semana. | Foto: Pixabay

Además, para ese entonces, los propietarios de las tiendas preparaban ciertas ‘estrategias’ para que las mujeres pasaran el mayor tiempo posible en el lugar de compra y por ende, comprar cada vez más artículos.

De esta forma, la experiencia de los clientes era lo que movía al lugar, ya que podían ver, tocar, oler y probar casi todo lo que había, todo con tal de vender y abrir esas jugosas carteras.

Además, el lugar lucía seguro, decente y elegante, era casi un segundo hogar para todas y por eso, les encantaba visitarlo.

¿La expresión ‘ir de compras’ nació de la clase burguesa?

En ese entonces, las mujeres burguesas no salían solas de casa, solo para hacer visitas, pequeñas compras, ir a misa, hacer obras de caridad y otras situaciones de menor índole.

El único lugar donde solían ir solas era a los almacenes, les estaba permitido porque comprar se convirtió en una actividad de ocio, pero también podían ingresar las obreras, las prostitutas, las artistas, todas eran bienvenidas siempre y cuando trajeran dinero.

Esta experiencia fue bautizada como ‘ir de compras’, la cual es la ‘liberación’ de la mujer de estar sometida en casa, ya que era una actividad que las mantenía atentas y a sus anchas.

Pero a pesar que era una actividad liberadora, las mujeres solían no andar mucho en la calle ya que no había baños ‘públicos’ y era un martirio desnudarse o quitarse los enormes vestidos que utilizaban.

De esta forma, la expresión ‘ir de compras’ nació por la vida cotidiana de las mujeres burguesas de mediados del siglo XIX y que las ‘liberaba’ del yugo llamado hogar.

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