Lionel Messi y Hasbulla Magomedov, dos estrellas que experimentaron un mismo padecimiento

Lionel Messi y Hasbulla Magomedov tienen muy poco en común, pero comparten un padecimiento que marcó sus vidas. Tanto el astro argentino, como el influencer ruso, fueron diagnosticaron con el síndrome de deficiencia de la hormona de crecimiento, una afección de naturaleza congénita o adquirida que se caracteriza por la ausencia total o parcial de dicha hormona en plasma, y que se produce cuando existe un fallo en la hipófisis, en el hipotálamo o en la vía que une el hipotálamo a la hipófisis.

El actual campeón del mundo con la Selección argentina comenzó a transitar la enfermedad a los nueve años. En ese momento estaba comenzando a dar sus primeros pasos como futbolista en su ciudad natal, Rosario, y el tratamiento que necesitaba para poder superarlo era demasiado costoso para que sus padres puedan afrontarlo. En su club, Newell's, poco colaboraron y Messi se probó en River donde sí le prometieron que se harían cargo de los 900 dólares mensuales que debían desembolsar para tratarlo.

Sin embargo no pudo quedarse en uno de los clubes más grandes de argentina y luego surgió la chance de marcharse a España donde pudo completarlo gracias al aporte el Barcelona. Debía colocarse dos inyecciones diarias y, si no hubiera podido afrontar esos gastos, en la actualidad mediría entre 1.55 y 1.60 metros.

Pero claro, no todos tienen la posibilidad de realizarlo y eso fue lo que le sucedió a la sensación de las redes sociales quien no contó con esos recursos. Hasbulla, perteneciente a la minoría musulmana que habita Rusia, mide 99 centímetros pero logró aprovechar su condición para viralizarse imitando rutinas del luchador Jabib Nurmagomédov. Cuenta con más de ocho millones de seguidores y en los últimos días fue noticia al ser arrestado por cerrar una calle y hacer arrancones en Dagestan.

¿Cuáles son los síntomas del trastorno del crecimiento?

Los niños afectos de déficit congénito de GH, presentan peso y talla en rango normal al nacimiento, pero esto suele afectarse a partir de los 3-6 primeros meses de vida. La inteligencia es normal, pero es frecuente encontrar signos de inmadurez y dificultad de adaptación al medio social, secundarios al proteccionismo paterno y a la baja autoestima por su baja talla.

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