¿Cuántas lagartijas puedes hacer? Este es el número ideal para cada edad

Las lagartijas, o push-ups, son un ejercicio fundamental en cualquier rutina de entrenamiento. No solo porque ayudan a fortalecer los músculos de los brazos y el pecho, sino porque, al involucrar también la espalda, el abdomen y las piernas, permiten evaluar la fuerza y resistencia general del cuerpo.

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Además, la cantidad de lagartijas que puedes hacer puede ser un indicador de tu estado físico y, en algunos casos, de tu salud cardiovascular. Pero, ¿cuántas deberías hacer según tu edad? Aquí te lo contamos.

¿Por qué importa cuántas lagartijas haces?

Para empezar, es importante señalar que las lagartijas, al ser un ejercicio que involucra tantos músculos, permiten tener una idea bastante precisa de tu nivel de condición física general. No requieren equipos especiales ni instalaciones complejas, lo que las convierte en una excelente prueba para monitorear tu fuerza y resistencia muscular a cualquier edad. Así mismo, mejorar la cantidad de repeticiones puede ayudarte a establecer una meta de progreso físico y, al mismo tiempo, cuidar tu salud.

¿Cuántas lagartijas debes hacer según tu edad?

Ahora bien, la cantidad de lagartijas que puedes hacer varía de acuerdo a factores como la edad, el género y el nivel de actividad física. De acuerdo con las recomendaciones generales, aquí está el número de lagartijas ideal según la edad:

• 25 años: 28 lagartijas hombres y 20 mujeres.
• 35 años: 21 lagartijas hombres y 19 mujeres.
• 45 años: 16 lagartijas hombres y 14 mujeres.
• 55 años: 12 lagartijas hombres y 10 mujeres.
• 65 años: 10 lagartijas, tanto para hombres como para mujeres.

Estas cifras son solo una referencia, por lo que si aún no alcanzas estos números, puedes tomarlo como un objetivo a lograr, aumentando el número de repeticiones a medida que desarrolles fuerza y resistencia.

¿Cómo hacer una lagartija correctamente?

Cabe señalar que, realizar lagartijas con la técnica correcta es clave para aprovechar sus beneficios y evitar lesiones.

Para empezar, colócate boca abajo con las manos alineadas a la altura de los hombros, manteniendo el cuerpo recto y en línea. Desde esta posición, empuja hacia arriba hasta estirar los brazos y luego baja lentamente hasta volver a la posición inicial.

Si eres principiante, puedes realizar una versión modificada colocando las rodillas en el suelo, lo cual reduce la carga y te ayuda a construir fuerza hasta que te sientas preparado para realizar la versión completa.