Mantener la tapicería de cuero en buen estado, prolonga la vida útil de los asientos. Afortunadamente, no se requiere un mantenimiento constante y laborioso. Basta con seguir un sencillo tratamiento de limpieza e hidratación una vez cada dos años.
Pasos a seguir para el cuidado te tus asientos de piel
Antes de comenzar es importante contar con los siguientes materiales: Bolsas grandes de plástico negro para cubrir los asientos, toallas viejas o trapos de algodón, una botella de agua templada, jabón de glicerina y una crema hidratante específica para cuero.
Si los asientos han perdido color, optar por una crema con algo de tinte puede revitalizar el tono de manera efectiva.
El primer paso es aspirar a fondo los asientos para eliminar cualquier suciedad superficial, como migas, polvo o arena. Estos elementos pueden actuar como una especie de lija al frotar los trapos sobre la superficie del cuero, por lo que es necesario eliminarlos previamente.
Con el automóvil estacionado bajo el sol en un día no demasiado caluroso pero soleado (entre 25°C y 30°C), cubrimos los asientos con las bolsas de plástico. Esto permitirá que la piel se dilate y ablande, para facilitar la penetración del jabón y la crema hidratante en los poros del cuero.
Después de aproximadamente una hora bajo el sol, retiramos las bolsas de plástico y procedemos a limpiar los asientos a fondo. Humedecemos un trapo en agua tibia con jabón y frotamos con firmeza, prestando especial atención a las grietas y costuras donde la suciedad tiende a acumularse.
Una vez que los asientos estén limpios y secos, aplicamos la crema hidratante con movimientos circulares, asegurándonos de cubrir todas las áreas, especialmente las costuras.
Lo ideal es hacerlo antes del verano o antes del invierno, pues son las épocas del año en las que más sufre la tapicería.
